Los autoclaves son una de las herramientas más esenciales en la clínica dental. Sin ellos es imposible garantizar la esterilización del material y por lo tanto sería imposible garantizar la seguridad de los pacientes y los trabajadores de la clínica.

Existen diferentes tipos de autoclaves en el mercado (clase A, clase B, clase N…) pero hoy vamos a centrarnos en los autoclaves de clase B.

Los autoclaves de clase B suelen ser los más habituales en las clínicas dentales, porque son los que realizan una esterilización de una forma más segura y completa ya que en ellos puede esterilizarse cualquier tipo de carga como por ejemplo materiales porosos, material embolsado, cuerpos huecos (turbinas…) …

Antes de decidirnos por un autoclave hay que tener en cuenta una serie de características:

  • Capacidad del autoclave: Es decir, el volumen interno de la cámara, los más pequeños suelen tener una capacidad de 6 litros y los más grandes hasta 23 litros.
  • Nº de bandejas: lo ideal es que el autoclave tenga 3 o 4 bandejas además de una extra que puede ser necesaria en algunas circunstancias.
  • Analizar la capacidad de esterilización de los diferentes tipos de materiales. En muchos autoclaves viene indicado el peso de los materiales que admite (poroso, embolsado, no embolsado…) es más útil saber las dimensiones de la bandeja a introducir ya que hay materiales que no caben en os autoclaves de baja capacidad.