A día de hoy se cree que los aerosoles son la forma más habitual del contagio de COVID-19. Según esta teoría los procedimientos dentales conllevan un alto riesgo de infección debido a su propagación.

Es por esto que se ha empezado a escuchar un término nuevo: OSEMIA.

La osemia se resume como la práctica de una odontología más segura, basada en la minimización de aerosoles que trata de reducir los riesgos, aumentando la protección del personal del equipo dental y de los pacientes.

¿Cómo?

El consejo de dentistas resume el cómo en 3 grupos.

Medidas para reducir la carga viral:

  • Uso de un colutorio antiséptico antes de realizar cualquier intervención intrabucal. Se recomienda realizar en enjuague entre 30 segundos y 1 minuto. Al terminar, lo ideal sería aspirarlo, o en su defecto escupirlo en un vaso desechable, pero, nunca en la escupidera.
  • Aislamiento absoluto. (normalmente mediante diques de goma). Se ha comprobado que el aislamiento absoluto reduce la carga global bacteriana y viral en un 70%.

Minimizar la generación de Aerosoles: La gran mayoría de maniobras clínicas generan aerosoles, desde la jeringa de agua y aire, el pulido dental con aparato ultrasónico, tratamiento periodontal… En este punto lo ideal sería el uso de instrumentos y técnicas alternativas a las habituales (cuando sea posible).

Medidas para dispensar / eliminar los aerosoles:

  • Aspiración de alta potencia:
    • La aspiración de alto flujo reduce considerablemente la dispersión de aerosoles.
    • Debe procurar aspirar lo más próximo posible al área tratada.

Todo esto junto con la adecuada protección a través de los EPIS recomendados en cada caso, debería reducir considerablemente el riesgo de contagio.

Puede visualizar el documento completo haciendo click aquí